Estas navidades de 2009 han sido algo especiales. El jamón siempre ha sido el producto estrella en las cestas y lotes de navidad pero este año, debido a la crisis, no hemos podido disfrutar de nuestra pata más preciada. La gran mayoría de las empresas que nos regalaban un lote navideño con un jamón o paleta no han sido tan generosos en estas fechas.
Estas navidades nos hemos metido en Internet para todo menos para ver videos de como se corta un jamón. Porque todos los años por estas fechas hemos tenido que practicar el corte del jamón, pero éste ha sido especial.
Los datos así lo indican. Un millón de piezas en stock que se han quedado esperando un cliente que se los llevara a su casa. Y los peor parados no hemos sido los que no hemos podido disfrutar de su sabor. Sino todas esas empresas que han tenido que guardarlos para otra ocasión, pero los momentos para venderlos se agotan, esto no es un producto de adorno, que lo guardas y esperas que otro cliente se lo lleve. El jamón tiene su tiempo para consumirlo, y cómo pasa en estos casos en que hay que venderlo si o si, si el cliente se niega a pagar su precio, el vendedor tiene que abaratarlo.
Aún tomando esta medida de rebajar su precio hemos visto que ha excaseado en nuestra despensa de la cocina. Ni regalándolo por contratar un viaje, ni tampoco por domiciliar tu nómina en el banco. El jamonero no ha podido sujetar a su querida pata ni nosotros practicar el arte de cortar con el cuchillo emulando a los mejores maestros cortadores de jamones (imitación que siempre queda en buscar el video por internet de cómo sacarle el máximo partido al jamón).
Habrá que ser pacientes, pero la paciencia tiene un límite y en el jamón viene con el sobrenombre de "dureza".
Estas navidades nos hemos metido en Internet para todo menos para ver videos de como se corta un jamón. Porque todos los años por estas fechas hemos tenido que practicar el corte del jamón, pero éste ha sido especial.
Los datos así lo indican. Un millón de piezas en stock que se han quedado esperando un cliente que se los llevara a su casa. Y los peor parados no hemos sido los que no hemos podido disfrutar de su sabor. Sino todas esas empresas que han tenido que guardarlos para otra ocasión, pero los momentos para venderlos se agotan, esto no es un producto de adorno, que lo guardas y esperas que otro cliente se lo lleve. El jamón tiene su tiempo para consumirlo, y cómo pasa en estos casos en que hay que venderlo si o si, si el cliente se niega a pagar su precio, el vendedor tiene que abaratarlo.
Aún tomando esta medida de rebajar su precio hemos visto que ha excaseado en nuestra despensa de la cocina. Ni regalándolo por contratar un viaje, ni tampoco por domiciliar tu nómina en el banco. El jamonero no ha podido sujetar a su querida pata ni nosotros practicar el arte de cortar con el cuchillo emulando a los mejores maestros cortadores de jamones (imitación que siempre queda en buscar el video por internet de cómo sacarle el máximo partido al jamón).
Habrá que ser pacientes, pero la paciencia tiene un límite y en el jamón viene con el sobrenombre de "dureza".